Durante más de sesenta años, el régimen comunista chino se ha salido con la suya destruyendo la voluntad de las personas y obligándolas a someterse mediante la persecución política, la tortura y el asesinato. Sobre el papel hay leyes que prohíben la tortura, ratificadas por China, pero se violan. Cuando Jiang Zemin lanzó la campaña de persecución contra Falun Gong, dio la triple orden: "destruir su reputación, llevarlos a la quiebra financiera y destruirlos físicamente". Y añadió: "No es un crimen golpear a un practicante de Falun Gong hasta la muerte. Si un practicante de Falun Gong es golpeado hasta la muerte, se cuenta como un suicidio". Por lo tanto, ningún maltrato a los practicantes de Falun Gong se considera demasiado extremo y los autores (la policía, la Oficina 6-10, los guardias de los campos de trabajos forzados, etc.) cometen crímenes con impunidad.
No es un crimen golpear a un practicante de Falun Gong hasta la muerte. Si un practicante de Falun Gong es golpeado hasta la muerte, se cuenta como un suicidio.
– Jiang Zemin
Las aociaciones de derechos humanos también han recopilado más de 100 métodos de tortura corporal utilizados contra los practicantes de Falun Gong. Los artículos de esta sección se centran en las diferentes formas de tortura a las que son sometidos los practicantes de Falun Gong en China y sus horribles consecuencias. Algunos de los métodos de tortura física aplicados con más frecuencia son las palizas, las descargas eléctricas de alto voltaje, la alimentación forzosa, la exposición a calor o frío extremos, el encierro en pequeñas jaulas y el esposado durante largos periodos de tiempo en posiciones inhumanas.
Incluso las actividades comunes se convierten en métodos de tortura en las prisiones y campos de trabajo de China. Por ejemplo, permanecer de pie en un lugar es algo que la mayoría de la gente hace todos los días durante cortos periodos de tiempo, pero cuando se les obliga a permanecer de pie sin moverse durante 12 o 16 horas sin descanso, se convierte en un método de tortura. Otra forma de tortura utilizada con frecuencia en los practicantes de Falun Gong es la privación del sueño. Durante días se les ata en posiciones imposibles o se les despierta con una paliza, un objeto punzante o un sonido fuerte en el momento en que se quedan dormidos. Las consecuencias son desastrosas. La gente se desorienta, no tiene sentido del tiempo ni del espacio y las funciones básicas del cuerpo humano se deterioran hasta tal punto que algunos sufren un colapso total.