Visión general del PCCh

Para cualquiera que se haya criado en Occidente, puede ser difícil de creer que una persecución de esta escala, y contra un grupo de ciudadanos pacíficos, pueda ocurrir en el siglo XXI. Tanto más cuanto que muchos ven hoy a China como una nación que desde hace mucho tiempo se ha deshecho del fanatismo ideológico y las tendencias violentas que dieron lugar a la Revolución Cultural y al aplastamiento de los activistas de la democracia en la Plaza de Tiananmen. Se supone, tal vez, que las prácticas económicas más liberales adoptadas en los últimos decenios están dando lugar simultáneamente a un aumento de los derechos políticos y civiles, y que a medida que China desempeñe un papel cada vez más destacado en la comunidad internacional, estará obligada a ser más abierta y democrática y el imperio de la ley se impondrá inevitablemente.

Sin embargo, esta opinión se ve desmentida por el tratamiento que el régimen chino da a los practicantes de Falun Gong. Desde su prohibición en 1999, los seguidores de Falun Gong han sido sometidos a métodos de tortura draconianos en campos de reeducación por el trabajo, donde se les mantiene detenidos sin juicio ni condena. Cientos de miles, si no millones de adherentes a Falun Gong han sufrido esta suerte, y miles han sido torturados hasta la muerte por orden del gobierno central de China. Y en una espeluznante revelación que trae a la mente la práctica nazi de cosechar pelo humano para rellenar las almohadas, también hay pruebas condenatorias de que el Partido Comunista Chino (PCCh) también ha estado cosechando y vendiendo por la fuerza los órganos de los prisioneros de Falun Gong, matándolos en el proceso.

Para quienes tienen inversiones comerciales o relaciones políticas con China, puede ser preferible ver la persecución de Falun Gong como una rara excepción a la regla, una especie de dolor creciente, en la larga marcha hacia el liberalismo democrático. Es util ignorarlo, también, para cualquiera que no esté dispuesto a creer que tales acciones puedan ocurrir en el siglo XXI.

¿Pero qué pasa si el tratamiento de Falun Gong, en lugar de ser una aberración histórica, es en cambio la exposición más justa de la verdadera naturaleza de los líderes de China, y del PCCh en general?

Esta sección de nuestro sitio web – y en particular los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista  – ofrece a los lectores una visión interna de la naturaleza del PCCh, transmitida por aquellos que han vivido bajo su gobierno durante décadas, así como los que han trabajado para sus ministerios y organismos. Esta es la historia del PCCh desde el interior.

 

 

 

"Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada."

Edmund Burke

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