Desde el comienzo de la persecución en julio de 1999 hasta la actualidad, 4,574  casos de practicantes de Falun Gong asesinados han  sido confirmados. Muchos de estos casos son muertes por tortura física. Las muertes en los casos denunciados incluyen ser golpeados con palos de madera o bastones eléctricos, quemados con barras de hierro caliente o ser colgados boca abajo durante días. En alrededor del 10% de los casos la causa de la muerte es la alimentación forzada. Otra causa común de muerte es el trabajo forzoso. En estos casos, los practicantes de Falun Gong se ven obligados a trabajar 20 horas diarias en condiciones insalubres (entorno con vapores de pegamento y otras sustancias químicas). Esto, combinado con la malnutrición, los lleva al extremo de provocarles la muerte.

El Partido Comunista Chino (PCC) sigue manteniendo la maintain censura y el control de internet sobre los detalles de la persecución, y decenas de miles de muertes siguen sin ser denunciadas. En los próximos años, cuando los hechos sobre la persecución sean expuestos y se documente una historia completa, el número de muertes y otras víctimas que no perdiendo la vida, han sufrido torturas, acoso, etc., podría ser escandalosamente alto.

Un informe independiente elaborado por David Kilgour (ex Secretario de Estado canadiense para Asia y el Pacífico) y David Matas (abogado canadiense de derechos humanos reconocido por su labor en relación con el Holocausto) llega a la conclusión de que los órganos de los practicantes de Falun Gong se están extirpando forzadamente, a gran escala. En el informe se concluye que entre 1999 y 2006, un número de entre 40.000 y 65.000 practicantes de Falun Gong han sido asesinados por sus órganos. Los corazones, hígados, pulmones, córneas y otros órganos cosechados ilegalmente se vendieron, para obtener enormes beneficios, a pacientes de trasplantes desconocedores del órigen de los mismos.

En marzo de 2006, una empleada de un hospital del noreste de China reveló que en su hospital habían muerto unos 4.000 practicantes de Falun Gong para extraerles sus órganos. Su marido cirujano admitió haber extraído córneas de los cuerpos de 2.000 seguidores de Falun Gong, mientras aún estaban vivos. Cada vez que se realizaban las extracciones , los cuerpos de los practicantes de Falun Gong asesinados se llevaban rápidamente al crematorio, para destruir las pruebas.

Un análisis reciente de la WOIPFG proponía que millones de practicantes de Falun Gong podrían haber sido víctimas de la extracción de órganos.